Louis-Antoine Ampàrat de Andervilliers

º Descripcion Psicológica: Es romántico, celoso y posesivo algunas veces, soñador, inteligente, con ideas que van desde lo ingenioso a lo perverso, le encantan los gatos porque piensa que tienen una inteligencia superior a la humana, es ateo, pacífico, paciente, elegante, parece serio y altanero a primera vista aunque ello no se deba mas que a una timidez disimulada.

º Descripcion Fisica: Mide 1.76, de contextura media, de ojos y cabello color azabache (lo que acentúa la palidez de su piel), el cabello lacio le llega hasta los hombros. Viste por lo general al estilo del siglo XIX con ciertas modificaciones a la época actual.

Unico hijo varón del conde de Andervilliers, un aristócrata muy culto y educado, pero arruinado como la mayoría de los nobles de la época, casado con una burguesa adinerada cuyo padre un avaro comerciante italiano, anhelaba emparentar con la aristocracia.

«La desaparición de mi padre, probablemente muerto, cambió drásticamente mi existencia, al igual que la de mi madre y mis cinco hermanas, dos de ellas mayores que yo, me vi obligado a asumir mis responsabilidades como el único hijo varón del conde de Andervilliers, a pesar de contar con solo 12 años, la vida se me volvió mas difícil, mi madre que siempre había demostrado desdén hacia mi, se volvió terriblemente irascible, exigente e implacable en lo que a ‘mis deberes’ refería, mon Dieu, yo quería huir, abandonarlo todo, aquella fría mansión de mis pávidas noches de infancia, alejarme de esa sociedad de gente hipócrita y superficial, solo había una persona que me ataba a ese lugar , Vittorio, mi abuelo materno, la única persona que siempre se había preocupado por mi, el único que me había dado amor, para el era importante toda esa sociedad que nos rodeaba, y yo era incapaz de abandonarlo a el, eramos dos seres unidos en la soledad, nos entendíamos, hablábamos durante horas, no era mi abuelo, era mi padre, mi amigo, mi hermano, era todas cosas , el era mi mundo, pero una noche sucedió algo inesperado, algo que abriría un abismo insondable entre nosotros que nos separaría pero que también abriría las puertas a algo nuevo para mi, algo nuevo, desconocido y por desgracia incitante, atrayente…»

«La tibia noche de junio en que decidi huir de la pavida mansión de mis noches de infancia no imaginaba lo que me esperaba, no tenia idea de lo mucho que estaba por cambiar mi existencia ni de que estaba a punto de tomar la decisión mas importante de mi vida mortal, eran constantes las visitas que yo hacia a la ciudad de Paris, para arreglar diversos asuntos relacionados a la economía familiar, y apenas comenzaba a despertar en mi una curiosidad por ese mundo desconocido, ese mundo me fascinaba y al fin me decidí a abandonarlo todo para conocerlo, lo único que me ataba a aquella fría mansión, era Vittorio y la responsabilidad que sentía por el futuro de mi madre y hermanas, pero la necesidad era apremiante y una tarde se lo conté todo a Vittorio, el me comprendía y aunque yo deseaba que viniera conmigo, el me dijo que ya era viejo , que ya lo había visto todo que era a mi a quien me tocaba descubrir el mundo por mi mismo, me hizo prometer que le escribiría siempre y se comprometió a cuidar de mi familia, con esa promesa reciproca, abandoné mi pueblo natal para conocer Paris en todo su esplendor, la mayor parte del dia la pasaba recorriendo la ciudad y sus calles , por la noche mi fascinación era mas por la naturaleza, los jardines inmensos, la luna…hasta que una noche como era inevitable conocí a alguien, no creo que yo lo encontrase a él, el me encontró a mí, su nombre era François, y yo estaba lejos de conocerle verdaderamente cuando nos hicimos amigos, por su apariencia podrían habérsele contado entre veinte y veintidós años, era muy amable y cariñoso conmigo, y me hablaba de cosas que yo jamás había escuchado mencionar en mi vida, poco a poco me sentí mas confundido y sin embargo; atraído hacia el , sus palabras, sus gestos, sus actos me intimidaban pero me proporcionaban un placer desconocido hasta entonces, aunque yo no notaba su clara intención hacia mi, yo era inocente aun, y cuando rozaba sus dedos con los mios, la palma de su mano fría contra la mia en una caricia muy sutil, yo no sospechaba nada en absoluto, solo sabia que me sentía feliz porque el me daba el amor que yo necesitaba que yo había anhelado siempre, pero poco a poco sus caricias se hicieron mas y mas intimas hasta el punto de que me sentí extrañado, entonces por primera vez desee corresponderle, comenze a sentir que me enamoraba de el, que mis sentimientos hacia el no eran los que se debían tener hacia un amigo si no el que se tenían los amantes, y al fin quise hacer una pregunta, un cuestionamiento al respecto, y el lo cortó en seco, con unas simples palabras ‘yo puedo hacer esto, tu no’, que me subyugaron por completo, yo creía amarle y eso era lo que el había deseado provocar en mi, pero yo entonces no lo sabia, entonces para mi sorpresa, el me descubrió un secreto mucho mas conturbador, que era un vampiro, yo había considerado extrañas muchas de sus costumbres pero jamás había imaginado tal cosa, me asusté y el se puso furioso, por primera vez conoci su verdadero carácter, la violencia con que deseaba dominarme, pero carecia de experiencias para compararlas y darme cuenta de que algo andaba mal, me recuerdo llorando en silencio, suplicándole perdón, y entonces el me había apartado de si, no fue hasta mucho después de logré comprender el porque de su actitud, el era un vampiro atormentado por sus ideas mortales, y aunque había decidido seducirme desde un principio, se sentía atrozmente culpable por ello, por sus ideas de católico ferviente que no era, culpable de sentir lo que sentía por mi, mientras yo sufria en silencio, sintiendo al igual que antes había sentido con mi madre, que si no me deseaba cerca era porque había cometido un grave error, por lo general me despreciaba, criticándome constantemente, martirizándome en vano y reprendiéndome violentamente al menor signo de mi parte a querer dejar de ser el objeto pasivo de su pasión, al fin cuando cumplí diecisiete años ,me comunicó su decisión de convertirme en vampiro, yo no quería, estaba asustado, no comprendía mucho de sus habitos, dado que el me dejaba al margen de ellos, pero al fin acepté el decía amarme y yo jamás dudé de ello, mas bien creo que lo hacia pero a su manera, a la manera que el creía que era el amor, batallando sordamente consigo mismo, pero cuando el me convirtió, muchas cosas cambiaron, descubrí infinidad de cosas…»

Posteriormente luego de incesantes viajes con su promiscuo creador, François Dupont este lo abandonó, dejándole solo en París, como un vampiro neófito, que debía aprender todo por si mismo, queriendo volver a casa pero sin poder hacerlo ahora, buscó a Vittorio a quien le entregó la inmortalidad a pesar de que este ya contaba con 86 años, y permaneció junto a el hasta que decidió correr mundo, aburrido de la vida tranquila que había escogido Vittorio a pesar de ser inmortal.
Instalándose en Versalles como un aristócrata mortal, donde conoció a Vladimir Dupont, descendiente de su creador, un huérfano, cuya madre había sido asesinada por profesar creencias paganas, a quien vigilaría desde muy niño, para convertirle en su compañero y entregarle la inmortalidad en 1791, cuando Vladimir contaba con 20 años, a pesar de haberse enamorado de su joven criatura, esta le abandonó 16 años después, convencido de que le había defraudado, lo que le sumió en una profunda depresión, odiando por primera vez su inmortalidad, la muerte en vida, de la que lo salvaría su padre, quien no resultó muerto, sino cuya desaparición tenia que ver con su conversión en vampiro.

«…había conocido la naturaleza del amor adolescente, con sus alegrías y tristezas en Vladimir, a quien él había otorgado el Don Oscuro en un acto supremo de egoísmo, y había disfrutado del mundo en su compañía flotando en una imaginaria realidad extrañamente hermosa, y hubiera seguido asi por siempre si el golpe de la realidad no hubiera venido a despertarlos de su ensueño, conociendo tardíamente la hechizante maravilla del conocimiento del mundo en su maestro y amigo (y padre biológico) Auguste, con quien había recorrido el mundo entonces deseando conocerlo todo, con un entusiasmo que superaba apenas la tristeza que había sentido al separarse involuntariamente de su compañero, y asi habían madurado sus planes de crear algo que cambiara al mundo, embarcándose en la difícil tarea de reunir a los mortales mas excepcionales y buscar una respuesta a las incontables preguntas que surgían con el paso del tiempo en la mente de los hombres »

Años después, luego del desastre de la Sociedad Secreta fundado con su maestro y de la cual es imposible mencionar detalles, conoció a una vampira hermosa llamada Claudia, con quien compartió casi todo el siglo XIX, y a quien siempre habría de considerar su musa, una mujer extraordinaria capaz de amarle aunque el todavía sufriera por el abandono de su criatura, y con quien se unió en un matrimonio simbólico, vivieron juntos poco tiempo, el resto del tiempo que compartieron se veian esporádicamente, debido a los constantes viajes que el realizaba, por el mundo (en el Japón del siglo XIX conoció a un muchacho mortal llamado Alex o Axel, quien se volvió su amante y a quien llevaría a vivir consigo en su mansión en Avignon, para disgusto de su esposa Claudia), quien iba a visitarle regularmente.

«…el amor que me unia a ella, era un amor puro, ella era mi madre, mi hermana, mi esposa, mi musa, la adoraba en silencio, inspiraba al artista dentro de mi, pero no podía enamorarme de ella, la necesitaba , necesitaba su amor, su comprensión, ella me daba motivos solidos para seguir existiendo, aun asi siempre supe que cuando me enamorase de alguien que pudiera llenar el vacio que ni ella ni Alex juntos podían, la abandonaría pero que estaríamos unidos siempre, por un amor irrompible, por la complicidad y la soledad compartida tan deliciosamente»

Ya en los años 80, volvió a ver a su creación, Vladimir Dupont, cambiado por el tiempo transcurrido, completamente adaptado y a gusto a las nuevas épocas y finalmente en los 90’s descubriría la existencia de los dhampirs a quien siempre consideró leyendas, hallando lo que no había encontrado antes en un dhampir llamado Víctor Belmont, de 38 años entonces quien es actualmente su compañero.

«…y siendo que Vladimir y Víctor son los únicos seres que he amado jamás, creo que me conviene solo a ellos referirme ahora, Vladimir y yo compartimos un amor que no podía ser llevado a término, porque él era demasiado joven, demasiado inmaduro y yo, yo también lo era, podía amarle pero no permanecer junto a el, porque lo que nos unió fue más la necesidad que el tenia de mí, eso más que ninguna otra cosa, un amor inmaduro, la única clase de amor que puede tener un adulto con un niño, o dos adolescentes que no son capaces de comprenderse porque aún son demasiado ciegos demasiado egoístas para compartirlo todo y cuando el dejara de necesitarme, entonces tendríamos que separarnos como en realidad sucedió.
Años muchos años después, luego de ver por última vez a Vladimir en los 80’s y a mi creador en los 90’s , dos años antes de conocer a Víctor para ser precisos, yo ya estaba convencido de todo esto, pero aún me faltaba descubrir, lo otro, que yo podía llegar a sentir ese amor sin límites, que podía sentirlo si no basaba este sentimiento en la necesidad, sino en la mutua comprensión, en la complementación de nuestras almas, de nuestros cuerpos, en la confianza.
Una razón más para amarte no, Víctor? no mon amour?, contigo no solo he descubierto el amor sino también el deseo en toda su extensión, quizás porque tu no buscas que te enseñe nada ni yo busco aprender nada de ti, sino que aprendemos todo juntos, y porque tú tienes la madurez y yo también para hacer esto, esa es la razón por la que puedo ser tu amado y tu amante como tú lo eres mío».