Atsushi Sakurai

º Nombre: Atsushi
º Apellido Paterno: Sakurai
º Apellido Materno:
º Apodo: Sacrifice, Neko
º Fecha de Nacimiento: Nací en la era Asuka (hace más de 1300 años)
º Lugar de Nacimiento: Japón
º Edad Aparente: aproximadamente los 40 años
º Edad Real: 1300
º Raza: Vampiro

PSYCHOLOGICAL & APPEARENCE {#}



º Descripcion Psicologica:
Me educaron para servir a mi pueblo, protegerlo y liberarlo del mal siempre asechante. Tuve que preparar mi mente, por lo tanto tengo nervios de acero y aparentemente nada me afecta. Si bien, cuando perdí a mi ejército sufrí. También sufrí cuando mi mujer murió en el parto de nuestro primer y único hijo, el cual también falleció. Eso me hizo ser más duro, más frío y creo que mejor guerrero. Aprendí que la muerte viene y se lleva todo. Por lo tanto no me afecta ser la muerte para los humanos. No tengo piedad con aquellos que intentan truncar mis planes, sobretodo si estos son por el bien del resto. Si bien, sí soy piadoso con los humanos y cuidado eligiendo mis víctimas.
Me gusta compararme con los gatos. Tomo lo que quiero, no me encariño con nadie y son elegante en mis movimientos cuando mato. Desde que tengo memoria me llaman neko, que en japonés significa gato. También me terminaron apodando sacrifice, ya que sacrifico el bien mío o el de una única persona por el del resto.

º Descripcion Fisica:
Mido un metro ochenta. Todos creen que los japoneses somos bajitos, enclenques y parecidos físicamente. No es así. Mis ojos son grandes, aunque rasgados, mi tono de piel siempre fue algo más claro que el de los de mi raza. Mis labios son gruesos, aunque no excesivamente.

Soy fuerte físicamente, aunque no estoy excesivamente musculado. Puede decirse que incluso soy algo más delgado de lo que debería ser un hombre curtido en batallas, pero creo que eso era parte de mi genética y no de mis entrenamientos.

º Descripcion Visual:

Spoiler:

OTHER IMPORTANT {#}



º Don: Soy capaz de influir en la mente de los humanos y cualquier otro ser. Puedo penetrar en sus sueños y modificaros, así como adormecerlos y hacerles caer en mis fantasías.

º Te Gusta:
La oscuridad, desde que era niño.
Los gatos.
La risa de los niños, creo que es lo único puro.
Las batallas por mi honor o por algo justo.

º Odias:
El ruido excesivo de este mundo.
Los ególatras.
Aquellos que no tienen nada que ofrecer a este mundo.

º Hobbies:
Me gusta entrenarme con mi lanza, así como mis poderes para mejorarlos. Si bien, siendo un vampiro es algo estúpido entrenarse físicamente... pero me gusta ponerme al límite y probar cosas nuevas.

º Pertenencias:

Mi lanza.
La hice con mis propias manos cuando contaba con sólo veinte años, jamás me ha abandonado. Ha sido un arma muy útil. Una buena amiga.
Mi katana.
Heredada de mi padre. Es una herencia familiar, por así decirlo. Yo debía entregársela a mi hijo, pero de él no queda más que un tímido llanto y mis lágrimas al enterarlo junto a su madre.
En la hoja puede leerse en mi idioma “Los sueños acaban cuando la sangre se derrama.”

YOUR STORY {#}



º Arbol Genealogico:

No tengo a nadie. No he creado a nadie. No queda nadie de los míos. No tengo acompañantes. No tengo familia. No tengo amigos. Yo solo estoy mejor.

º Historia:

Nací en una época en la cual debías consagrarte a tu pueblo. Los hombres más fuertes batallaban contra los ejércitos provenientes de China y Corea. Mi padre luchó por mi país. Él me hizo ver lo hermoso que era sentir las manos de tu esposa curándote las heridas. Era un gran hombre. Mi madre era dulce y abnegada a su labor familiar.

Yo entré al ejército con dieciocho años. Pronto subí de rango y terminé siendo general. Mi padre estaba orgulloso el día que murió en mis brazos tras una contienda. Jamás olvidaré sus palabras de agradecimiento y orgullo.

Me casé joven, en la primavera de mis veinte años. Mi madre ya había muerto y acababa de enterrar a mi padre. Mi esposa la había elegido mi madre años atrás. La conocía de varias visitas, pero puedo jurar que estaba enamorado. Me enamoré nada más verla. Era delicada, dulce y hermosa. Tan frágil y perfecta que terminó rompiéndose una primavera más tarde.

Perdí a mi esposa, perdí a mi hijo y sólo me quedó el ejército. Me desfogaba después de las contiendas con mujeres que pagaba por pocas monedas, nadie podía volver a amarme ni yo amar. Kanon era perfecta para mí, ninguna otra ocuparía su puesto.

Cuando cumplí cuarenta años ya era viejo para las batallas, pero era fuerte y valiente. Tenía más reflejos que los jóvenes que entraban en nuestro regimiento. Tan fuerte era que fui el último en caer tras una contienda. Al despertar lo hice en la cama de un hombre de rasgos extraños. Jamás había visto a un europeo hasta ese momento. Él fue mi maestro. Dijo que me merecía el don que me entregaría, que era un buen guerrero y un hombre justo. Poco después desapareció de mi vida dejándome con la maldición de vivir eternamente. Pero debo decir que para mí es como él dijo... un don.