Ficha de Claudia

º Descripcion Psicologica:

"Claudia era un
misterio. No era posible saber lo que sabía y lo que no sabía. Y observarla era algo
escalofriante. Se sentaba solitaria en la esquina oscura, esperando al caballero o a la mujer
amable que la encontrasen, con sus ojos más indiferentes que los de Lestat. Como una niña
petrificada de miedo, susurraba sus ruegos de ayuda a los mecenas gentiles y admirativos, y,
cuando la sacaban de la plaza, sus brazos se fijaban alrededor de sus cuellos, con la lengua
entre los dientes y la visión congelada por el hambre consumidor."

Es una criatura compleja. Antigua, en relación a un ser humano, pero encerrada en un cuerpo de niña... Lo cual ha entorpecido su desarrollo psicológico en algunos aspectos. Es todo lo madura que alguien puede llegar a ser, ha vivido la experiencia de dos siglos, y desprende un aura de sensualidad y firmeza que contrasta vivamente con su pequeño cuerpo. En realidad la mayor gravedad radica en una época ya pasada, en la que la descompensación entre su cuerpo y su mente le causó un ligero trastorno, desembocado en depresión y sucesiones alternas de una grave excitación nerviosa y depresión: Histeria momentánea, caprichos infantiles contrapuestos a decisiones maduras... Sin embargo, el hecho de haber crecido como vampiro hace que no recuerde verse de otro modo, lo cual hizo pasajero todo lo anteriormente mencionado. Es una Hija de la Noche nata. El único vestigio de humanidad que ha llegado a conocer es a través de los numerosos libros que ha leído, ya que uno de sus mayores afanes es la cultura. Quiere saberlo todo, por el deseo de aprender y el empuje de la curiosidad. Persiste hasta el infinito por lo que cree correcto; es obstinada, pero también valiente y astuta. Es de mucha sangre fría, y por otro lado, también bondad hacia aquellos a los que quiere. Tiene muy claro el lugar de los humanos en la jerarquía que los Bebedores de Sangre lideran, pero eso no es óbice para que pueda sentir aprecio por alguno si las circunstancias lo propician.
º Descripcion Fisica: Ronda el metro doce, veinte kilos. Pelo largo, por la cintura, de un rubio acaramelado. Tiene el aspecto de una preciosa muñequita, con sus tirabuzones y su piel de porcelana. Ojos de un gris muy claro, boca pequeña de labios carnosos. Aparenta ser una niña deliciosa.
º Descripcion Visual:

Spoiler:

º Arbol Genealogico: Desconocido.
º Historia:

Claudia nació como humana a finales del siglo dieciocho, en Nueva Orleans; ciudad en la que muy poco tiempo después acaecería una de las peores plagas de peste conocidas hasta la época. Entre la noche y el hedor de los cadáveres, los sollozos de la pobre chiquilla atrajeron la atención de un muchacho hermoso, bien vestido, al que la niña apenas prestó atención. Apenas levantó la vista del regazo de su madre muerta para ver quién apoyaba una gentil mano en su hombro, y una suave voz acarició el aire enrarecido y enfermo de la sucia habitación. No podía siquiera imaginar lo que iba a suceder: En su inocencia infantil sólo se dejó arrullar por ese canto de sirena que la subyugaba. Aquel hombre era muy amable, y unos minutos después la abrazó. Un dolor punzante en el cuello... Perdió la consciencia.

Sin saber el tiempo transcurrido, otra voz la instó a despertar. Era diferente, pero también muy dulce, y se asustó un poco de ver que todo había desaparecido. Su casa, su madre. Estaba en una habitación muy lujosa, en una cama muy grande; notaba cómo ella misma olía ligeramente a perfume. Esa noche probó por primera vez la sangre creyendo que era alguna especie de remedio contra su cansancio y su hambre, y realmente lo fue... Aunque no en el sentido que podría haberse imaginado. Tenía cinco años.

Quería mucho a Lestat, pero siempre tuvo un afecto especial por Louis. El primero era su mentor, su guía, su maestro: Le enseñó lo necesario para ser una Hija de la Noche, las nociones de clavicordio, las normas de sociedad. Louis, en cambio, le inspiró la pasión por la lectura, y el amor de un padre que un tiempo después se convertiría en el de un amante. Era un amor que los humanos no conocen, y no podrían comprender.

No obstante, no todo podía ser idílico. Claudia crecía por dentro aunque no lo exteriorizase por el Don Oscuro, y se daba cuenta de que ella, aunque era una mujer, no se parecía a una humana adulta. Llegó a comprender que jamás crecería, y se vería obligada a verse confinada en el cuerpo infantil de una niña de cinco años para toda la eternidad. El descubrimiento de esta verdad irrevocable la sumió, durante un tiempo, en una crisis contra su propia naturaleza, y un verdadero conflicto con Lestat y Louis. A este último lo perdonó porque le amaba, pero su otro creador no saldría impune. Planeó cuidadosamente su asesinato, con láudano, pero sorprendentemente logró sobrevivir en el pantano al que lo arrojaron gracias a las alimañas de las que consiguió alimentarse. Cuando el airado vampiro volvió a por ellos, Louis incendió la casa y ambos se marcharon al Viejo Mundo, tanto huyendo de Lestat como en busca de unos vampiros que no terminaron por ser lo que ellos esperaban. La niña inmortal tenía grandes esperanzas puestas en encontrar a miembros de su especie, pero lamentablemente, no fueron más que criaturas sin entendimiento, mucho más cercanos al cadáver que al Hijo de la Noche.

París se convirtió en su nueva residencia, entonces, donde conocerían el Theatre des Vampires. Vampiros fingiendo ser humanos fingiendo ser vampiros. Mientras que Louis quedó subyugado por el encanto y la belleza de Armand, que parecía liderarlos a todos, Claudia no terminaba de sentirse cómoda; intuía que ese muchacho le arrebataría lo que ella más quería. Previendo que pronto Louis seguiría su propio camino, sin ella, buscó a una humana que pudiese cuidarla a ojos humanos, como si de su madre se tratara. Madeleine, junto con la joven Claudia, fueron acusadas por el aquelarre del teatro de haber cometido la mayor herejía posible en su sociedad: Asesinar o tratar de asesinar a aquel que te creó. Aparentemente ese fue el motivo de su encarcelamiento, pero Armand no ordenó su ejecución.

La vampiro, en un último intento desesperado, trató de satisfacer su más enloquecido deseo: Tener el cuerpo de mujer que le correspondía. Para ello recurrió al único que sabía que no tendría remordimientos en proporcionárselos aun sabiendo que podía terminar muy mal. Extraños y peligrosos experimentos de cirugía, en los que Armand trató de coser un cuerpo adulto a su cabecita hermosa y rubia, acabaron en monstruosas aberraciones que la dejaron maltrecha y llena de cicatrices. Así recibió la luz del sol, en ese agujero infernal, junto con la fabricante de muñecas, un nefasto día que amaneció con los gritos de la pequeña.

Sin embargo, el mundo aún puede dar cabida a lo increíble, y la Noche le dio una segunda oportunidad. Claudia renació de sus cenizas, sin que nadie fuera consciente de ello y no hubiera forma lógica de explicarlo. Sus heridas estaban curadas. Su cuerpo de pequeña sirena intacto, como así su belleza infantil. Ha vagado a lo largo del tiempo haciendo lo imposible por pasar desapercibida a los ojos humanos; la luz blanca de las estrellas y la anaranjada de las farolas han contemplado el devenir de su naturaleza maldita. Sólo necesita ser contemplada por una criatura, a la que quiso como padre y como amante... Quizá el momento esté cerca.